domingo, 30 de diciembre de 2007

¡Feliz año Nuevo!

"El término de un año y el comienzo de otro nos permite hacer una pausa para reflexionar, corregir el rumbo y tener la oportunidad de volver a empezar"

Hace muchos años, un becerro perdido tuvo que atravesar el bosque virgen para volver a su pradera. Como estaba desesperado buscando su rebaño, abrió un sendero tortuoso, lleno de curvas, atravesando matorrales espesos, subiendo y bajando colinas. Días después, un desprevenido perro usó el mismo camino para atravesar el bosque. Después, fue un carnero con su rebaño que viendo el espacio abierto los hizo seguir por ahí. Más tarde, los hombres comenzaron a usar el difícil sendero, siguiendo la costumbre. Se quejaban y se fastidiaban por lo largo y difícil que este era, pero ninguno hacia nada para mejorarlo o elegir otro. Algunos años después, con tanto uso, el sendero acabo por convertirse en un camino real; las personas gastaban todo el día para cruzar el bosque, trayecto que se podía recorrer en unas pocas horas si hubiesen abierto un sendero nuevo. Mientras tanto, un águila que observaba desde el cielo se reía al ver que los hombres tienen la ciega tendencia rutinaria de seguir la vía que ya está abierta, sin preguntarse siquiera si habrá acaso una mejor opción, y sin la iniciativa de hacer su propio camino a riesgo de perderse o de descubrir paisajes más bellos y un sendero más fácil y divertido.


Cuántos de nosotros seguimos caminando por el sendero que abrieron otros, perdiendo nuestra energía y esfuerzo en alcanzar metas o sueños ajenos; sin detenernos a preguntarnos si nos sentimos a gusto en él o si, por el contrario, quisiéramos elegir nuestro propio camino… La mayoría de las veces es el temor, la dependencia y hasta la comodidad lo que nos lo impide.

En esta época hacemos una especie de inventario personal de lo que ha sido nuestro año. Las dificultades, las pérdidas, la confusión, la falta de voluntad y coraje seguramente influenciaron el balance negativo. Si es así, ¡no te sientas mal! Recuerda que el pasado ya pasó y que, en todo caso, estás cerrando un ciclo que te permitirá comenzar otro que puede ser diferente.

El término de un año y el comienzo de otro nos permite hacer una pausa para reflexionar, corregir el rumbo y tener la oportunidad de volver a empezar.
Hay unas preguntas claves que nos pueden llevar a cambiar el rumbo y hacer que este nuevo año sea diferente. Son muy sencillas, pero vitales y difíciles de responder: ¿Qué es lo que deseamos tener, experimentar o sentir en este nuevo año?, ¿qué queremos de la vida? Seguramente muchos responderán: "Quiero ser feliz", "tener éxito", "quiero sentirme mejor"... pero esto puede resultar muy difuso, por eso debemos ser más claros y específicos.

El principal obstáculo para conseguir la felicidad consiste en no saber exactamente lo que queremos. Saberlo es un proceso parecido a pelar una cebolla; deberemos empezar a quitar capas, una por una, hasta encontrar ese punto, ese sueño o ese propósito que nos llene de alegría, de motivación, de energía.

Pasos para cumplir con nuestros propósitos
Detén tu carrera alocada. Esta época es propicia para bajar la velocidad y tranquilizarnos. Es importante preparar la mente y el espíritu para encontrar la respuesta que cambiará el resto de tus días.

Proyecta tu vida en cinco años. Piensa en qué te gustaría hacer por el resto de tu vida.

Haz una lista con todo lo que te gusta. Recuerda que no anotarás aquellas ideas que otros te sugieran. Rescata tus viejos sueños, y ponle empeño a este proceso.

Pregúntate qué te gustaría cambiar. ¿Te sientes a gusto con la vida que llevas? Piensa en qué estarías dispuesto a cambiar o a mejorar. ¡Atrévete a cambiar tu rutina!

Busca la inspiración. Después de elaborar estas dos listas, revísalas con calma. Estoy segura de que a través de ellas descubrirás fácilmente el norte y la nueva dirección que le darás a tus días.

Crea la estrategia. Necesitas definir cómo vas a conseguir tus propósitos. Comienza por ordenarlos, dándoles un número que indique su prioridad. Luego, elabora un plan de acción con metas a corto y a largo plazo. Eso sí, debes sentir el deseo genuino de incorporar a tu vida esa serie de cambios. ¡Arriésgate a vivir como quieres, y aprende a sentirte a gusto contigo, con las personas que te rodean y con la vida que lleves!

¡Que tengas un Año Nuevo Feliz! Te Quiero mucho, Maytte.

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