domingo, 2 de diciembre de 2007

Convencer a otros

'Un gerente tuvo una discusión muy fuerte con el dueño de la compañía, pues fue responsabilizado injustamente de no haber logrado las metas esperadas debido a problemas ajenos a la empresa. Éste llegó a su casa de mal humor y gritó a su esposa porque no estaba lista la cena, ella quiso justificarse, pues se había dañado la cocina, pero él ni siquiera la escuchó. La señora fue a la cocina y gritó a la empleada porque la comida que estaba preparando no era su preferida, a pesar de que horas antes ella misma había elegido el menú. La empleada, que era una persona amorosa y comprensiva, no le reclamó su maltrato, sólo le sonrió mientras le decía: 'Señora, le prometo que mañana le haré su comida favorita y estará una hora antes de lo acostumbrado. Ahora discúlpeme, pero me gustaría cambiar las sábanas de su cama por unas más limpias y frescas, para que usted y su esposo puedan descansar en paz. No se preocupe, mañana se sentirá mejor. En ese momento se interrumpió el círculo de la intransigencia, al chocar contra la tolerancia, la comprensión, la inteligencia y el amor".

Hace poco, en una reunión se inició una discusión entre dos amigos. Cada uno le daba razones y explicaciones al otro para mostrarle que estaba equivocado. Cuando el tono de la discusión se elevó y comenzaron a gritarse, alguien trató de intervenir para calmarlos, pero lo callaron diciéndole que no se metiera. Al final, los dos quedaron enemistados y molestos y los demás quedamos con una sensación incómoda por lo sucedido.

Esto me hizo pensar en que a veces caemos en la trampa de querer demostrar que los otros están equivocados y que somos nosotros los que tenemos la razón. Nos sentimos tentados a apoderarnos de ella sin pensar en el costo que tendremos que pagar desde el punto de vista de la amistad, el dinero, el tiempo, la dignidad o la paz mental. El ego agrandado siempre quiere estar en lo cierto y se aferra a las ideas, opiniones y creencias por equivocadas que pudieran ser. El juego consiste en ser siempre dueños de la verdad, y en pensar y hacer notar que los demás están equivocados, sin considerar que de la misma manera en que no queremos estar de acuerdo con algunas personas, no todo el mundo debe estar de acuerdo con nosotros.

Hay muchas personas agresivas que están predispuestas a discutir, gritar y agredir a otras porque se creen dueños de la verdad. Toda su energía está concentrada en debatir y en tratar a toda costa de desacreditar las ideas y el planteamiento de los demás.

No vale la pena, de ninguna manera, vernos involucrados en una discusión que de seguro no nos llevará a ninguna parte; en la que no tenemos la posibilidad de convencer a nadie, por más importantes que sean los hechos y lo bien que expongamos nuestros argumentos. Además, poniendo en riesgo nuestra tranquilidad, seguridad, tiempo y energía.

Oponerte a ellas les dará más fuerza y agresividad. Nunca entenderán razones, y pondrán más resistencia cuando trates de influir con buenos argumentos en su forma de pensar y de actuar. Si tienes que dejar algo en claro, hazlo y déjalo así; evita insistir en una discusión estéril que, en lugar de llevarlos a establecer algún tipo de acuerdo o de solución, se convierta en una pelea entre las partes. Es más inteligente que aprendan por sí solos; la mejor manera de convencer a un cabeza dura de que está equivocado es dejar que se salga con la suya y se estrelle con sus consecuencias.

Siempre que te encuentres metido en una discusión, trata de salir lo más rápidamente de ella. Puede que sientas la tentación de seguir adelante, creyendo que hay posibilidad de convencer al otro. ¡No caigas en la trampa!

Dejar que alguien te moleste es permitir que te controle y que tenga poder sobre ti. Mantenerte sereno siempre te permitirá actuar de la mejor manera.

Muchas veces compartir la razón nos da la posibilidad de mantener una buena relación y de disfrutar de un mayor bienestar.

¡Suelta el pasado, deja de preocuparte por el futuro, vive el presente, la vida es maravillosa, todo va a estar bien!


La revista Estampas y El Sambil te invitan al taller de Maytte Cinco pasos para hacer realidad tus sueños, que se realizará el sábado 15 de diciembre, a las 6:30 pm, en el anfiteatro del mencionado centro comercial. La entrada es libre. Para mayor información llamar al teléfono (0212) 614.0500

Preguntas y respuestas

¡Hola!, Maytte. Hace poco fui despedida de mi trabajo, y estoy muy preocupada, a pesar de que todavía vivo con mis padres y no tengo mayores compromisos y obligaciones. Usted dice que en toda situación difícil siempre hay algo bueno. Disculpe, pero yo trato de verlo en mi situación y no lo encuentro. ¿Qué puedo hacer para sentirme mejor y para volver a tener trabajo?

En toda situación difícil y aparentemente negativa siempre se esconde algo positivo que debemos reconocer y resaltar para que nos sea más fácil superarla. Estoy segura de que al perder tu empleo te sientes muy desanimada, pero aunque no lo creas, puede ser una gran oportunidad para cambiar de trabajo y de vida. En lugar de sufrir la situación, puedes convertirla en una experiencia gratificante, porque eres joven y no tienes grandes responsabilidades económicas. ¿Qué te parece terminar la universidad o hacer un postgrado? También puedes iniciar tu propio negocio o irte a otro lugar y empezar una nueva vida. Eso sí, con mucha madurez y responsabilidad para que verdaderamente se convierta en una experiencia positiva que te permita crecer y sentirte mejor preparada para afrontar tu vida. Deja de lamentarte, lávate la cara y limpia el cristal a través del cual estás interpretando esta situación, para que tengas una mejor perspectiva. Estoy segura de que tú puedes salir adelante, renovando la actitud, recuperando el entusiasmo y buscando los recursos y la información necesaria para conseguir un nuevo trabajo. Debemos aprender a estar abiertos para reconocer las oportunidades y los regalos escondidos dentro de las situaciones difíciles. Lo más importante es la actitud positiva con que las recibamos.

Querida Maytte, contigo entendí la importancia que tiene perdonar, pero, a pesar de que lo he intentado varias veces, todavía no logro salir de la rabia que siento por mi ex esposo. Nos separamos hace un año y cinco meses y todavía me siento afectada por lo que me hizo. ¿Me puedes dar un ejercicio que me ayude a perdonar y salir de ese recuerdo tan difícil?

Existen varios ejercicios para perdonar, pero el elemento indispensable para que funcionen es tu voluntad de hacerlo. Mientras conservamos el deseo secreto de que la situación se solucione o la persona cambie y reconozca su error, nos será mucho más difícil soltar y pasar la página. Toma el tiempo necesario para reflexionar acerca de lo sucedido y pregúntate: ¿qué puedes aprender de todo eso? Ambos hicieron o dejaron de hacer cosas para que la relación tuviera ese final. Estar dispuestos a asumir nuestra responsabilidad hará que podamos soltarnos más fácilmente de la afectación que todavía nos produce la otra persona. Recuerda que sólo podrás soltar los nudos que te mantienen atado a esa situación del pasado si estás dispuesta a hacerlo desde tu corazón. Acá te recomiendo un ejercicio:
Encuentra un momento y un lugar tranquilo donde puedas desconectarte de tus tareas pendientes por unos minutos. Cierra los ojos y concéntrate en el sonido de tu respiración… Cuando te sientas tranquila, ayudada por tu imaginación, visualiza un globo con el rostro de una persona querida dentro de él. Conéctate a todos los sentimientos positivos que te genera su presencia y llénate de amor.
Luego cambia la imagen del rostro de tu ser querido por el de la persona que deseas perdonar y continúa experimentando los mismos sentimientos. Háblale mentalmente y dile todo lo que piensas y lo que sientes, imagina que te escucha… toma una respiración profunda y perdónala. Imagina que la persona sonríe y que acepta tus pensamientos. Observa cómo el globo con su rostro adentro se eleva hasta perderse en el cielo. Mantén los mismos sentimientos positivos dentro de ti. Sin abrir los ojos, recuerda mentalmente donde te encuentras, siente tu cuerpo y dale gracias a La Divinidad. Cuando te sientas lista y tranquila, abre los ojos suavemente. Recuerda practicarlo durante 15 días consecutivos, junto a tu decisión de pasar la página, para comenzar una nueva etapa en tu vida.
¡Mucha Suerte!

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