domingo, 17 de febrero de 2008

La alegría de compartir

"Compartir implica dar y, también, saber recibir; la reciprocidad es importante para que pueda abrirse y cerrarse el círculo del intercambio"

Ayer, tarde en la noche, sonó el teléfono de mi casa, y resultó ser un viejo amigo que, con voz emocionada, me dijo: "Disculpa la hora, pero tenía que llamarte". "¿Qué pasó?", le dije, sorprendida, ante su voz de entusiasmo y alegría.

"Maytte, pensarás que estoy loco, pero te estoy llamando de mi teléfono a esta hora, mientras manejo un carro rentado por una carretera de montaña en Suiza, son las cuatro y media de la mañana, estoy solo y guiándome con un mapa para llegar a la próxima ciudad donde voy a dormir, pues mañana tengo una reunión muy importante de negocios. No te imaginas lo fantástico que es este lugar. Es como una postal, hay un silencio absoluto, la luna está llena y enorme en un cielo azul lleno de estrellas, impresionante. Todo está nevado a mí alrededor, parece como si una sábana blanca y brillante lo hubiese cubierto todo. A lo lejos hay una casita con una luz encendida adentro, todo es verdaderamente impresionante… Nunca había estado en un lugar como éste en mi vida, me siento tan mocionado que necesitaba compartirlo con alguien que comprendiera lo que siento. Tomé el teléfono y decidí llamarte, porque sé que me entenderías, esto no podía ser para mí solo".

Cuando se despidió, le conté a mi esposo y a mis hijas, que estaban a la expectativa de saber quién había llamado a esa hora, y, juntos, compartimos un buen rato sobre el significado de su llamada, de lo especial que nos pareció y de lo importante que es tener a alguien con quien compartir lo que sentimos y vivimos en ciertos momentos de nuestra vida.

¿Alguna vez has sentido la necesidad de compartir con otra persona lo que sientes? Pareciera que al hacerlo nos sentimos de repente aliviados, emocionados, comprendidos y, por lo tanto, acompañados, pudiendo así aligerar la carga emocional, si ha sido una experiencia difícil, o enriquecernos, si por el contrario ha sido positiva.

Compartir es una herramienta que nos acerca, que nos permite intercambiar nuestras experiencias, conocimientos, sentimientos y pensamientos, para aportar y apoyar a otras personas, pero también para aprender y crecer como seres humanos.

Cuando nos entregamos a compartir, bajamos las defensas que nos separan y que nos protegen de los demás por un momento, para abrir nuestro espacio interior y dejar que los mejores sentimientos nos impulsen a dar o a recibir, sin caretas, sin prejuicios, sin interés y sin miedo. Desde pequeños, en algunas familias, nos enseñan a compartir con nuestros hermanos y con los amigos, pero pocas veces nos dicen que compartir implica dar y también saber recibir; que la reciprocidad es importante para que pueda abrirse y cerrarse el círculo del intercambio con los demás.

Muchas veces el egoísmo y la ambición hacen que seamos víctimas de la manipulación de otros que se sienten superiores a nosotros por el hecho de aprovecharse de nuestra nobleza al compartir. Esto hace que algunas personas decidan dejar de hacerlo, para protegerse de la manipulación o de la traición de la que fueron víctimas en algún momento de sus vidas.

Claves para Compartir
Entregar lo que tenemos. El principio de la abundancia radica en desarrollar
la capacidad de compartir con los demás. Cuando lo hacemos desinteresadamente;
es decir, sin esperar recibir nada a cambio, sólo por el placer genuino de dar
y de acercarnos a los demás para suavizar o alegrar sus vidas, el universo
conspira siempre para devolvérnoslo.

Expresar nuestras vivencias. Vencer la resistencia a compartir con otra persona
lo que sentimos o lo que vivimos nos acerca y fortalece el vínculo de cariño y de amistad. Además, cuando también compartimos nuestras inquietudes o dudas acerca de algo, podemos recibir la información o la ayuda que estábamos necesitando.

Confiar. Déjate llevar por el impulso que experimentes en un momento, frente a un evento especial, mágico o conmovedor, de compartir con alguien lo que sientas en ese instante… Hacerlo abre las puertas para la comunicación del corazón, fortalece la relación, aleja la soledad y te enriquece espiritualmente.

Ejercicio de visualización

Escoge un lugar agradable, tal vez
un área de la casa donde te sientas
a gusto y en paz. Enciende una velita, prende un incienso o coloca una música suave para ayudarte en la relajación. Escoge el lugar donde te vas a sentar. Puedes hacerlo acostado, pero es preferible que lo hagas sentado, pues es muy fácil quedarte dormido si te acuestas. Si esto
te sucede, no te preocupes, pues, seguramente, estás cansado y la relajación hace que tu cuerpo, naturalmente, busque el descanso. Sigue practicando.

Tómate unos minutos, antes de comenzar el ejercicio, para pensar en aquello que quieres atraer hacia tu vida, ojalá que con lujo de detalles. Puedes visualizarte a ti mismo logrando algo que te has propuesto, pero también puedes visualizar una situación o un momento que deseas experimentar...

Luego de que tengas bien definida tu meta -lo más conveniente es que sea una a la vez-, estarás listo para comenzar a practicar la visualización. Recuerda que podemos enviar a otros nuestros mejores deseos y pensamientos, pero no nos está permitido influenciarlos directamente o cambiar sus circunstancias de vida desde afuera. Prepárate, pues, para poner en práctica una técnica muy sencilla de visualización:

El ejercicio
Comienza por cerrar los ojos y concentrar la atención en tu respiración. Realiza varias respiraciones suaves y profundas. Hazlo tomando el aire por la nariz y botándolo por la boca. Mientras lo haces, procura soltar la tensión acumulada en tu cuerpo, afloja cada parte de él y descansa... al término de la séptima respiración trae mentalmente el recuerdo de ese lugar donde, alguna vez, te sentiste bien, a gusto y en paz. Recuérdalo y recórrelo en tu imaginación. Luego saca ese recuerdo, conserva tus sentimientos positivos y comienza a construir la imagen mental de tu situación ideal.

Imagínala como si ya estuviese sucediendo. Si te es posible, recréala con todos los detalles, respira profundo y, al botar el aire, piensa que ya la conseguiste. Quédate ahí, disfrutando de tu logro y del estado de relajación por unos minutos...

Coloca la imagen en acción. Visualízala como si la vieras en un escenario. Por ejemplo, si deseas imaginar que te dan un aumento de sueldo, imagina la escena en la oficina de tu jefe.

Pon todos tus sentidos en acción. Cuanto más real sea la visualización, mejores serán los beneficios. Ve el lugar con todos los detalles, incluidos el color, los muebles, la pintura de las paredes. Pregúntate: ¿A qué olería? ¿Cuál sería la temperatura?

La duración de la visualización no es tan importante como la calidad de la concentración, si estás realmente "dentro" de ella, unos pocos minutos serán suficientes.

Para finalizar, suavemente, realiza un par de respiraciones y da las gracias a la Divinidad como si ya hubieses alcanzado tu meta. Luego, recuerda mentalmente dónde te encuentras, siente tu cuerpo y, en el momento en que lo desees, abre los ojos suavemente.

Te sugiero que practiques este ejercicio en la noche antes de acostarte o en la mañana antes de comenzar con tu actividad diaria. Hazlo con disciplina. Aun cuando no pudieras mantener la imagen mental -a algunas personas no les resulta fácil el acto de imaginar-, es suficiente con que logres sentir y ver por un segundo lo que quieres. Evita pensar en cómo lo lograrás. Siéntete dispuesto a hacer cuanto sea necesario para conseguirlo y será la Divinidad quien te presente el camino y las herramientas que usarás.

domingo, 10 de febrero de 2008

Conservar la amistad

"Los amigos son un regalo esencial. Aprendamos a valorarlos y a disfrutarlos"

Una vez más, como todos los años, dediqué toda la mañana a realizar mis llamadas de Navidad, ritual que practico desde hace mucho tiempo, y que uso para saludar, agradecer y compartir mis deseos de felicidad con todos mis amigos y también con aquellas personas que, de una u otra forma, han sido un instrumento para compartir conmigo algún regalo esencial, de esos que nos envía la vida. Agradecí, inclusive, a las máquinas "contestadoras" de teléfono por la posibilidad de dejar mi mensaje grabado en ellas a mis amigos ausentes, para poder así alimentar y fortalecer la amistad que nos une a través del tiempo y la distancia.

Mientras marcaba los diferentes números telefónicos, recordaba los momentos que compartimos, sus caras, sus risas, algunas de sus historias y el tiempo que pasó desde la última vez que nos vimos y tuvimos la oportunidad de estar juntos…

La verdadera amistad, puede comenzar por un encuentro aparentemente casual; pero, si existe disposición, afinidad y empatía al conocer al otro, seguramente este simple contacto se convertirá en una mágica relación que nos acompañará toda la vida.

La amistad es una calle de doble vía; es decir, que no podemos esperar pasivamente a que los amigos sean los únicos que toman iniciativas y acciones para acercarse a nosotros. La reciprocidad es indispensable para que el sentimiento perdure y se fortalezca en el tiempo. No podemos buscar a los amigos sólo cuando necesitamos un favor. La amistad hay que alimentarla y regarla como si fuera una planta; me he dado cuenta de que si no mantenemos un contacto frecuente, intercambiando experiencias y acompañándonos en los momentos especiales, aun a través de una llamada o de un correo, la amistad se irá secando y terminará convirtiéndose en una especie de recuerdo, sin emociones ni sentimientos.

Te has preguntado alguna vez qué pasaría si tú dejaras de tomar la iniciativa de llamar o de invitar a tus amigos, ¿Lo harían ellos? O si eres tú quien asume la posición pasiva en la amistad, ¿qué pasaría si ellos dejaran de buscarte y de estar pendientes de ti? ¿Cómo te sentirías? Estas son algunas de las muchas preguntas que muy pocas veces nos hacemos, tal vez por temor a obtener las respuestas.

Recuperar y mantener a los amigos es una de las grandes gratificaciones de la vida, porque nos motiva los sentimiento de cariño, de lealtad, de gratitud hacia esa persona que, de una u otra forma, nos apoyó, nos acompañó, y que nos aceptó sin juzgarnos o criticarnos. Muchas veces el exceso de ocupaciones, la distancia y el no considerarlo tan importante, hace que los días pasen sin que hagamos ese contacto tan importante para alimentar nuestra amistad.

Si bien no debemos esperar recibir nada a cambio por lo que damos, es muy grato saber que las personas que apreciamos también experimentan el mismo sentimiento hacia nosotros.

No es fácil, si estamos lejos, mantener una buena comunicación, pero si conservamos el deseo de hacerlo, lo único que tendríamos que hacer sería incorporar a nuestra agenda un punto extra: Hacer esa corta llamada para decir simplemente: "te recuerdo", o escribir un correo que diga: "te extraño", compartir algunas fotos recientes o, simplemente, recordarlos y enviarles un pensamiento de cariño y gratitud, donde quiera que se encuentren. Si queremos seguir contando con la presencia gratificante y protectora de nuestros amigos, debemos ocuparnos de mantener el contacto, la comunicación y el intercambio de las situaciones especiales que vivimos, celebrar sus éxitos, emocionarnos con sus logros, apoyarlos en sus cambios y, por encima de todo, resaltar la amistad que compartimos. Podemos recuperar a los viejos amigos y rescatar así, una parte valiosa de nuestra historia personal.



Tengo problemas para hacer amigos

La vida me ha llevado a cambiar de ciudad un par de veces por
motivo de mi trabajo y cada vez me resulta más difícil formar parte de un grupo social. Me he acostumbrado a vivir en soledad. Me siento bien, pero sé que debería socializar un poco más. Además, me siento sola, extraño a mi familia que está lejos. En el trabajo converso y me relaciono con cierta confianza, pero al salir de la oficina siempre digo no a las pocas invitaciones que me hacen. ¿Me puedes dar alguna clave para resolver esta situación?

Lo más importante es que tienes el deseo de cambiar tu actitud y de darte la oportunidad de iniciar nuevas amistades. Todos podemos aprender estrategias simples que nos ayuden a conseguirlo. No creas ni por un momento que te quedarás así para toda la vida, condenada a la soledad. Estoy segura de que en la medida en que te atrevas a ser tú misma y a compartir con otros, muy pronto encontrarás personas afines con tu manera de ser y de interpretar la vida.

Son varias las razones por las cuales se nos dificulta hacer amigos,
algunas de ellas son:

• Mantenemos una distancia fría con las demás personas
• No expresamos claramente nuestro interés en lo que nos cuentan
• No hablamos sobre nosotros
• El tono de voz que usamos es demasiado bajo o por el contrario es un poco agresivo
• No opinamos cuando conversan sobre algún tema
• Nuestra expresión corporal no muestra interés o entusiasmo alguno.

Cualquiera de estas actitudes puede mantenernos alejados de las demás personas. Es posible que debas aprender a sentir más confianza en ti misma, en tus cualidades y mejores características, para que al momento de acercarte a los otros lo hagas con más confianza y sin temor a sentirte rechazada. Sonríe con frecuencia y hazlo mostrando tus dientes para expresar tu agrado y entusiasmo, especialmente al momento de reunirte con los amigos. Anímate a hablar un poco acerca de ti misma, tal vez no quieras contarles acerca de tus problemas y puedes guardar tu privacidad al respecto, pero compartir algunasanécdotas personales hará que te perciban más interesada en establecer una relación.

Muéstrate interesada en sus asuntos, explora la posibilidad de apoyarles o de aportar alguna idea o comentario a la conversación que comparten. Si algunas personas no responden como quisieras, no debes rendirte. Hacer amigos es cuestión de práctica, estoy segura de que cada vez actuarás con más naturalidad y confianza.

Claves

1. Interésate genuinamente en tus amigos. Todos necesitamos sentirnos apoyados, queridos y valorados. Conviértete en una persona detallista, conoce sus gustos e intereses, anota sus fechas especiales, apóyalos
en sus proyectos personales.

2. Acepta a cada quien como es. En lugar de criticarlos y juzgarlos, anímate
a resaltar todo lo positivo que hacen tus amigos. Reconoce sus
cualidades y minimiza sus limitaciones.

3. Toma la iniciativa. Decide ser tú el que tome la iniciativa para acercarte. Envíales un mensaje de saludo o, si tienes tiempo, invítalos a compartir contigo alguna actividad divertida. Lo importante es mantener el contacto siempre.

4. Sé generoso. Ten presente que más importante que pedir y exigir es dar
y compartir. Muéstrate solidario y dispuesto a brindarles a tus amigos la compañía, el apoyo y el cariño que necesitan.


domingo, 27 de enero de 2008

El poder mágico de la comunicación

"Todos podemos ser maestros y discípulos a la vez, si estamos lo suficientemente abiertos y atentos para reconocerlo"

Cuando no logramos tener relaciones personales satisfactorias, casi siempre terminamos pensando que es por culpa de los demás. No nos damos cuenta de que, tal vez, sean nuestra actitud y comportamiento equivocados, lo que nos mantiene alejados de ellos. Asumimos que lo estamos haciendo bien, que somos muy competentes y que son las demás personas las que deben cambiar su postura.

¿Te sientes solo en medio de un mundo lleno de personas diferentes a ti? ¿Te parece que nadie te entiende? Cuando una situación se repite en nuestra vida más de un par de veces es porque todavía tenemos que algo que aprender a través de ella. Y si diferentes personas, en momentos y lugares distintos, nos hacen el mismo comentario negativo o se comportan con nosotros de la misma mala manera, es porque los atraemos a nuestra vida con nuestra actitud y nuestro comportamiento para resolver algún asunto pendiente, para aprender algo, para cambiar alguna creencia o programación mental o para soltar y pasar la página definitivamente. Todos podemos ser maestros y discípulos a la vez, si estamos lo suficientemente abiertos y atentos para reconocerlo; así, lograremos salir de las situaciones difíciles más fácilmente y sin que nos lastimen tan profundamente, habiendo aprendido algo nuevo.

Cuando te encuentres otra vez en la misma situación, pregúntate: ¿qué puedo aprender de lo que me está pasando? ¿Qué es lo que estoy haciendo para estar de nuevo en esta situación? Porque sólo entendiendo que somos parcialmente responsables de lo que vivimos, podemos iniciar un trabajo de autoobservación que nos lleve a encontrar aquellas actitudes, comentarios o comportamientos negativos que pudieran ser la causa de los problemas que tenemos con otras personas en el trabajo o en la vida cotidiana, para cambiarlos por otros que nos estimulen a tener mejores relaciones personales. Si actuamos con sinceridad, educación y buen humor, seguramente ampliaremos nuestro círculo de amistad.

Claves para mejorar nuestra comunicación
Elegir las palabras al momento de expresarnos. Tener claro el mensaje que deseamos enviar y escoger las palabras o las frases más adecuadas para hacerlo, evitará que digamos cosas sin pensar y que puedan ser interpretadas de una manera equivocada.

Cuidar el tono emocional en la voz. Es muy importante estar atentos para no acompañar nuestros comentarios con emociones negativas, cargadas con el estrés y la tensión de nuestros procesos personales. Recordemos que los demás no tienen nada que ver con lo que nos pasa en otras áreas de la vida.

Ser conscientes de la expresión corporal. Muchas veces la expresión de nuestro rostro dice más que muchas palabras. Relaja tu cara, afloja el entrecejo y aunque la conversación que vas a tener sea seria dibuja una media sonrisa en tu rostro para suavizar tu expresión. Relaja tu cuerpo y evita realizar movimientos involuntarios que delaten tu tensión.

Evita los comentarios personales. Si la conversación es sobre trabajo, evita mezclarla con comentarios personales. Cuídate de no usar frases ácidas o con un doble sentido. Es preferible encontrar un momento aparte para hablar con esa persona con la que tienes un desacuerdo, y solucionarlo directamente.

Revisa tu nivel de exigencia. A veces somos muy exigentes con nosotros mismos y con los demás. Es posible que sin ser conscientes de ello, les exijamos a las otras personas mucho más de lo que en realidad pueden dar. Por eso es importante reconocer y aceptar las características personales de los demás.

Acércate a los demás con una sonrisa. En lugar de esperar a que las otras personas tomen la iniciativa de acercarse a nosotros, usemos un comentario casual y positivo, una frase amable o un cumplido para propiciar un acercamiento. Recordemos que mantener una actitud positiva, optimista y entusiasta siempre nos ayudará a iniciar relaciones con más facilidad.

¡Suelta el pasado, deja de preocuparte por el futuro, vive el presente, la vida es maravillosa, todo va a estar bien!

domingo, 20 de enero de 2008

Aceptarnos a nosotros mismos

Una autoestima sana se refleja en la confianza que tenemos en nuestras cualidades y talentos, en la capacidad de establecer límites

'Erase una vez un hermoso jardín que hacia las delicias de su dueño, quien se dedicaba a él en cuerpo y alma. Cada mañana, cruzaba el jardín, para llenar los cubos con el agua cristalina del arroyo. Luego, recorría el jardín para regar las flores. Él necesitaba dos cubos. Uno era fuerte y reluciente, recién comprado. El otro, en cambio, era viejo y le empezaban a pasar factura los años de servicio. Cada mañana, el jardinero llenaba los dos cubos. El nuevo que estaba muy orgulloso de sí mismo, era capaz de transportar el agua sin derramar una sola gota. El pobre cubo viejo se sentía acomplejado al mirar a su compañero de faena. Era consciente de que tenía muchos agujeros y de que había perdido gran parte del agua para cuando el jardinero alcanzaba las flores. A veces, los cubos conversaban mientras el jardinero los transportaba. El cubo nuevo decía: "Mira lo eficaz que soy. Menos mal que el jardinero me tiene a mí para asegurarse de que sus flores reciben suficiente agua cada día. No sé por qué pierde el tiempo contigo, lo único que haces es ocupar espacio en la caseta". El viejo respondía: "Yo sé, no sirvo para nada, pero lo hago lo mejor que puedo. Gracias a Dios, el jardinero sigue considerándome de utilidad".

Un día, el jardinero escuchó la conversación de los cubos. Al llegar a las flores, las regó como siempre: utilizó el cubo nuevo primero y después el cubo viejo, que, como era habitual, había perdido la mitad del agua. Luego les dijo: "Gracias a los dos por vuestro trabajo. Voy a dejaros de nuevo en la caseta y quiero que os fijéis atentamente en el camino". Ambos comprobaron que el lado del camino por el que el jardinero transportaba el cubo nuevo estaba seco, mientras que el del cubo viejo lucía un hermoso verdor, donde, en unas semanas, creció una bella hilera de flores que atravesaba el largo jardín".

Hay personas que, con frecuencia, ofrecen a los demás un trato más amable y respetuoso del que se dan a ellas mismas. Inclusive, están más dispuestas a sacrificar su tiempo y energía para complacer a otros, en lugar de hacer el mismo esfuerzo cuando ellas mismas lo necesitan. La autoestima es la capacidad que desarrollamos de aceptarnos y querernos a nosotros mismos, independientemente de lo que los demás piensen de nosotros. Valorarnos y tratarnos bien es la clave para conseguir el bienestar y el éxito.

Una autoestima sana se refleja en la confianza que tenemos en nuestras cualidades y talentos, en la capacidad de establecer límites justos en relación con otras personas; también, en la voluntad que tengamos para hacer todo aquello que nos haga sentir mejor y que nos impulse a conseguir nuestras metas.

Somos nosotros quienes les enseñamos a los demás como nos van a tratar. No permitas que alguien te maltrate física o emocionalmente, mereces sentirte querido y ser tratado con respeto y gentileza. Rodéate de personas que te aprecien y quítales el poder que les das a las personas que te afectan negativamente.

Una autoestima sana nos da una visión optimista y positiva de la vida. Además, nos convierte en personas felices y autosuficientes. No necesitamos tanto de la aprobación o de la motivación que nos puedan dar los demás y podemos disfrutar del derecho a elegir con quien vamos a relacionarnos.

Por eso, más importante que lo que los demás piensen de ti, es lo que tú creas de ti mismo.

Claves para valorarte más
Reconoce y acepta tus cualidades y talentos. Piensa en tus aspectos positivos en lugar de fijarte en tus limitaciones. Haz una lista con todos los aspectos positivos que posees y apóyate en ellos.

Haz cosas que te hagan sentir bien. Tú eres la persona que tiene que sentirse satisfecha con lo que hace y con el resultado de sus esfuerzos.

Atrévete a expresar lo que piensas con seguridad. Evita suponer lo que pensarán los demás de tus ideas y comentarios. Recuerda que siempre encontrarás personas afines con tu punto de vista. No seas crítico contigo mismo.

Cultiva tu individualidad. Cuando te comparas con los demás y quieres parecerte a otra persona, pierdes tu identidad. Acéptate como eres y anímate a ser auténtico en todo momento. Rescata tus valores.

domingo, 13 de enero de 2008

Es el momentode ser felices

Aprende a disfrutar cada momento, sin esperar a que sucedan eventos extraordinarios como ganarte la lotería o recibir una herencia"

Un sabio padre dejó de herencia a su hijo un bello manual de vida, producto de la experiencia de una existencia bien vivida. Éste comenzaba diciendo:
1. Trata de que siempre te recuerden como el mejor
amigo.
2. Nunca dejes pasar la oportunidad de salir a pasear.
3. Trata siempre de levantar tu cara para experimentar
la sensación del aire fresco y del viento en tu rostro.
4. Cuando veas a alguien que quieras, corre siempre
entusiasta a saludarle.
5. Practica siempre el respeto, la tolerancia, la
lealtad y la obediencia.
6. Siempre que puedas, duerme una siesta y estírate
antes de levantarte.
7. Muéstrate alegre y entusiasta, baila, corre y juega diariamente.
8. Sé siempre leal, sin importar las circunstancias.
9. Nunca pretendas ser lo que no eres, porque quedarás
en ridículo.
10. Si lo que deseas está lejos, fija tu vista en lo que quieres, espera la oportunidad y ve corriendo hasta encontrarlo, no lo dejes escapar.
11. Hazte respetar, deja que los demás sepan cuándo están invadiendo tu territorio
12. Cuando alguien querido esté triste o alterado, no
digas nada, sólo míralo con amor y siéntate cerca de él, acompañándolo sin molestar.
13. Cuando alguien te dirija unas palabras de reconocimiento o te toque con cariño, reacciona con entusiasmo y demuestra tu agrado.
14. Come siempre con gusto y entusiasmo, pero detente
cuando estés satisfecho.
15. Evita morder a los demás cuando tienes problemas.
16. Siempre guarda algo para el futuro, y cuando lo necesites cava hasta encontrarlo.
17. En los días calidos, acuéstate sobre tu espalda en la grama y disfruta del sol en tu cara.
18. Bebe mucha agua, y cuando te sientas cansado busca tu rincón preferido para tomar un descanso.
19. No importa cuantas veces seas censurado, no asumas ningún rencor y no te entristezcas.
20. Mantente siempre alerta, pero tranquilo.
21. Primero siempre tu familia y los amigos.
22. Sé consciente de la fuerza de tus dientes, pero por ningún motivo los uses con tus personas queridas.
23. Los amigos de tus amigos siempre serán tus amigos.
24. Sé delicado, paciente y protector de los niños, los ciegos y las personas mayores.

Con amor, de tu padre que te ama
FIDO (papá perro)

Siempre tenemos la posibilidad de volver a empezar; es decir, pasar la página para separar el pasado del presente y tomar la decisión de renovar nuestro estilo de vida. Aprende a disfrutar cada momento, sin esperar a que sucedan eventos extraordinarios como ganarte una lotería o recibir una herencia. Tampoco pienses que para ser feliz necesitas graduarte, casarte o tener hijos . Este es el momento para cambiar de actitud y comenzar a disfrutar de la vida. ¡Mereces ser feliz! Quítale importancia a las cosas que no la tienen, toma el control de tu vida y haz uso de tu poder de elegir; evita vivir para complacer a otros y sé tú mismo.

Tengo una amiga muy especial, alegre y entusiasta, que siempre me decía, a manera de broma, que tenía un pote de pintura rosada con el que pintaba cada situación difícil para afrontarla. Al igual que ella podemos tener nuestros recursos para minimizar la dificultad, de manera que podamos resolverla y superarla mas fácilmente.

Podemos elegir cuáles van a ser las reglas para hacer nuestro manual de vida, qué herramientas usaremos para manejar las situaciones que se nos presenten y con
qué actitud las afrontaremos. Nuestro bienestar depende, en gran medida, de lo que pensamos, sentimos y hacemos. Procuremos ser coherentes, de manera que nos convirtamos en una causa que genere o atraiga los efectos que deseamos vivir. Hoy puede ser el primer día del resto de nuestra vida, no permitamos que nada ni nadie nos robe la posibilidad de sentirnos bien con nosotros mismos, con la vida que llevamos y con quienes la compartimos.

¡Suelta el pasado, deja de preocuparte por el futuro, vive el presente, la vida es maravillosa, todo va a estar bien!

domingo, 6 de enero de 2008

Cuando correntiempos difíciles

"Hace falta poner un poco de distancia entre nosotros y la situación que nos afecta para recuperar la claridad mental que nos permita superarla"

Corrían tiempos difíciles en aquel pueblo. En su mejor época había sido una región muy conocida por la hospitalidad y la amabilidad de su gente. Pero un día todos comenzaron a pelearse y pronto la amistad se convirtió en rivalidad.
El alcalde sentía una gran preocupación por su gente, y a pesar de todos los esfuerzos que hacia para devolverles la tranquilidad y la armonía, no lo conseguía. El pueblo se fue convirtiendo en una ruina.
Un día llego un visitante. Parecía que supiera lo que estaba sucediendo porque fue directamente a ver al alcalde. Los dos se pusieron a conversar seriamente y el alcalde le contó con detalles lo que estaba sucediendo. El desconocido le dijo: "Yo tengo un secreto que le devolverá a todos la paz".
"Dígame cuál es", le preguntó el alcalde. "Pues muy sencillo, quiero informarle que uno de sus vecinos es El Mesías". El alcalde no podía creerlo, pero como se lo dijo con tanta seguridad y determinación, le concedió el beneficio de la duda.
El hombre no pudo aguantar y se lo contó a su mejor amigo. En unas horas, el pueblo entero conocía la noticia. Comenzaron a preguntarse quién sería. ¿Será el panadero?, ¿el cartero?, ¿la mujer que vende los huevos?
La expectativa y la curiosidad parecían no tener límites. Poco a poco comenzaron a mejorar la conducta y el ánimo de la gente. Comenzaron a tratarse con respeto y amabilidad porque no sabían quién de ellos podía ser. Vivían con un objetivo común, con la necesidad de buscar y encontrar algo valioso juntos, sin saber que el tesoro estaba dentro de cada uno de ellos.


Hay momentos en los que nos sentimos afectados por las circunstancias que rodean el conflicto que tenemos con otros hasta el punto que la tensión, la preocupación y la angustia trastornan nuestra manera de ser, convirtiéndonos en personas tan o más agresivas que aquellas a las que criticamos y juzgamos tan duramente por su comportamiento y actitud.
No podemos dejarnos atrapar por las emociones negativas, mucho menos por los comentarios que llevan la intención de encender en nosotros el miedo y la agresividad. No es con más violencia como vamos a recuperar el balance y la paz que tanto deseamos.
Hace falta poner un poco de distancia entre nosotros y la situación que nos afecta, de manera que podamos aquietar nuestras emociones y recuperar la claridad mental que nos permita observarla en su dimensión real, para manejarla y encontrar las herramientas que nos permitan resolverla y superarla.
Mientras más nos dejemos afectar y llenar de ideas y emociones negativas, más confusión tendremos al momento de analizar objetivamente la situación para resolverla, convirtiéndonos en víctimas inconscientes de aquellos que nos manipulan para su propio beneficio. ¡Mantengamos la calma! Recordemos que todo lo que sucede representa una oportunidad para aprender algo que necesitamos. Preguntémonos: ¿qué puedo hacer para aportar una idea o una acción concreta para darle solución a esta situación?
Detengámonos a tiempo de no seguir repitiendo actitudes y comportamientos que en lugar de ayudarnos a solucionar los conflictos y a recuperar la paz y el bienestar, contribuyan con el mantenimiento y la gravedad del mismo.

Herramientas para reconciliarnos
Libera las tensiones. Aprende a canalizar el estrés y la tensión. Realiza algún tipo de rutina física que te ayude en ese sentido. Aprende a establecer ciertos límites que protejan tu salud y bienestar. No tomes decisiones mientras te sientas afectado.
Escucha con atención. Aprende a escuchar las ideas o el punto de vista de otros sin engancharte emocionalmente y sin suponer o imaginar una doble intención. El juicio y la crítica afectan nuestra capacidad de análisis y de comprensión.
Expresa tus ideas. Anímate a compartir con otros lo que piensas, sin emoción, y con la intención de aportar claridad y solución a través de una buena comunicación. Cuida tus palabras y busca siempre establecer acuerdos.
¡Suelta el pasado, deja de preocuparte por el futuro, vive el presente, la vida es maravillosa, todo va a estar bien!

Preguntas y respuestas

¡Hola! Maytte. Tengo poco tiempo leyendo tus artículos, y han sido muy positivos para mí. Mi esposa dice que tengo problemas de carácter, que estallo con mucha facilidad y por pequeñeces. Yo creo que es ella la que me provoca con su manera de actuar, pues considero que soy una persona más bien tranquila. Nos puedes dar alguna herramienta para solucionar esta situación entre los dos. ¡Gracias de antemano! M. L.

Tal vez no puedas hacer nada directamente para cambiar la actitud o el comportamiento de tu esposa, pero sí puedes hacer algo para mejorar la situación. Mientras consideres que es ella la que te hace molestar, le estás dando la responsabilidad sobre tus actos. Le estás concediendo el poder de decidir sobre tu comportamiento. Mientras que si aceptas que eres tú
el que se altera, estás asumiendo la responsabilidad de tus actos y de tus reacciones, entonces podrás hacer algo concreto para cambiarlas. Tú puedes recuperar el control de tus actos, no dejando que sus comentarios o actitudes te afecten. Si bien no puedes influir en lo que ella haga o diga, sí puedes impedir que te afecte. Te sugiero que refuerces la seguridad en ti mismo, para que las opiniones de los demás no te afecten tanto. Nuestra seguridad nos permite rechazar cualquier agresión que nos llegue desde afuera, evitando que llegue adentro de nosotros y nos hiera.
Ten presente que hay una gran diferencia entre responderle a una persona o reaccionar. La primera es un acto consciente, claro, dirigido a sanar o solucionar un malentendido. Cuando respondes, muestras que las palabras de la otra persona no te han afectado y que puedes dar tu punto de vista con serenidad y seguridad. Mientras que la reacción es un acto inconsciente, fuera de control, motivado por la emoción que sentimos en el momento. La mayoría de las veces, cuando nos dejamos llevar por ésta, terminamos arrepintiéndonos de lo que dijimos o hicimos en ese momento.

¡Hola! Maytte. Estoy muy preocupada porque mi hermano menor se divorció hace siete meses, después de nueve años de casado. Ha pasado el tiempo, y no ha podido reconstruir su vida. Está siempre de mal humor y lo único que hace es trabajar. Si intentamos tocarle el tema, se molesta. T V.

Una ruptura sentimental puede hacernos sentir abandonados, traicionados e incapaces de continuar con nuestra vida, y a pesar de que tengamos a nuestro lado personas que insisten en que debemos superarlo, necesitamos tomar el tiempo necesario para aceptar lo que nos sucedió, vivir el duelo y sentirnos listos para pasar la página. En una separación, los hombres experimentan un vacío existencial más grande que el de la mayoría de las mujeres. Y es así porque ellas tienen vínculos emocionales fuera de la relación, con amigas, familia, compañeras de trabajo, en quienes se pueden apoyar en caso de una pérdida o una separación. Mientras que los hombres, evitan el contacto personal, y esto les impide desahogarse y reordenar su vida más rápidamente. Yo sé que es difícil ver sufrir a un ser querido sin que podamos hacer algo concreto para ayudarle, pero el amor debe darnos la fortaleza para comprenderlo, acompañarlo y animarlo, sin irrespetar de ninguna manera su proceso y su decisión. No te preocupes que con tu apoyo y la compañía de las personas que lo quieren, seguramente recuperará el balance y el control de su vida.

Querida Maytte, siempre me he considerado una persona muy segura. Pero, últimamente, me siento temerosa de lo que pueda pasar, y me afectan mucho las noticias negativas. Lo que quiero es un comentario positivo tuyo que me ayude a recuperar la confianza y la calma. ¡Gracias! M.E. L.

Cuando te sientas asustada por el futuro y por los cambios, sumérgete con confianza en el presente. Aprende a poner toda tu atención en lo que tienes que hacer en el momento y verás como la preocupación desaparecerá rápidamente. Vamos, disfruta del regalo de estar viva y sólo cuídate de no dejarte atrapar por el efecto que puedan causar los comentarios negativos. Recuerda que el futuro no ha llegado todavía y usa tus recursos internos para fortalecer la seguridad y ganar serenidad.