domingo, 30 de diciembre de 2007

¡Feliz año Nuevo!

"El término de un año y el comienzo de otro nos permite hacer una pausa para reflexionar, corregir el rumbo y tener la oportunidad de volver a empezar"

Hace muchos años, un becerro perdido tuvo que atravesar el bosque virgen para volver a su pradera. Como estaba desesperado buscando su rebaño, abrió un sendero tortuoso, lleno de curvas, atravesando matorrales espesos, subiendo y bajando colinas. Días después, un desprevenido perro usó el mismo camino para atravesar el bosque. Después, fue un carnero con su rebaño que viendo el espacio abierto los hizo seguir por ahí. Más tarde, los hombres comenzaron a usar el difícil sendero, siguiendo la costumbre. Se quejaban y se fastidiaban por lo largo y difícil que este era, pero ninguno hacia nada para mejorarlo o elegir otro. Algunos años después, con tanto uso, el sendero acabo por convertirse en un camino real; las personas gastaban todo el día para cruzar el bosque, trayecto que se podía recorrer en unas pocas horas si hubiesen abierto un sendero nuevo. Mientras tanto, un águila que observaba desde el cielo se reía al ver que los hombres tienen la ciega tendencia rutinaria de seguir la vía que ya está abierta, sin preguntarse siquiera si habrá acaso una mejor opción, y sin la iniciativa de hacer su propio camino a riesgo de perderse o de descubrir paisajes más bellos y un sendero más fácil y divertido.


Cuántos de nosotros seguimos caminando por el sendero que abrieron otros, perdiendo nuestra energía y esfuerzo en alcanzar metas o sueños ajenos; sin detenernos a preguntarnos si nos sentimos a gusto en él o si, por el contrario, quisiéramos elegir nuestro propio camino… La mayoría de las veces es el temor, la dependencia y hasta la comodidad lo que nos lo impide.

En esta época hacemos una especie de inventario personal de lo que ha sido nuestro año. Las dificultades, las pérdidas, la confusión, la falta de voluntad y coraje seguramente influenciaron el balance negativo. Si es así, ¡no te sientas mal! Recuerda que el pasado ya pasó y que, en todo caso, estás cerrando un ciclo que te permitirá comenzar otro que puede ser diferente.

El término de un año y el comienzo de otro nos permite hacer una pausa para reflexionar, corregir el rumbo y tener la oportunidad de volver a empezar.
Hay unas preguntas claves que nos pueden llevar a cambiar el rumbo y hacer que este nuevo año sea diferente. Son muy sencillas, pero vitales y difíciles de responder: ¿Qué es lo que deseamos tener, experimentar o sentir en este nuevo año?, ¿qué queremos de la vida? Seguramente muchos responderán: "Quiero ser feliz", "tener éxito", "quiero sentirme mejor"... pero esto puede resultar muy difuso, por eso debemos ser más claros y específicos.

El principal obstáculo para conseguir la felicidad consiste en no saber exactamente lo que queremos. Saberlo es un proceso parecido a pelar una cebolla; deberemos empezar a quitar capas, una por una, hasta encontrar ese punto, ese sueño o ese propósito que nos llene de alegría, de motivación, de energía.

Pasos para cumplir con nuestros propósitos
Detén tu carrera alocada. Esta época es propicia para bajar la velocidad y tranquilizarnos. Es importante preparar la mente y el espíritu para encontrar la respuesta que cambiará el resto de tus días.

Proyecta tu vida en cinco años. Piensa en qué te gustaría hacer por el resto de tu vida.

Haz una lista con todo lo que te gusta. Recuerda que no anotarás aquellas ideas que otros te sugieran. Rescata tus viejos sueños, y ponle empeño a este proceso.

Pregúntate qué te gustaría cambiar. ¿Te sientes a gusto con la vida que llevas? Piensa en qué estarías dispuesto a cambiar o a mejorar. ¡Atrévete a cambiar tu rutina!

Busca la inspiración. Después de elaborar estas dos listas, revísalas con calma. Estoy segura de que a través de ellas descubrirás fácilmente el norte y la nueva dirección que le darás a tus días.

Crea la estrategia. Necesitas definir cómo vas a conseguir tus propósitos. Comienza por ordenarlos, dándoles un número que indique su prioridad. Luego, elabora un plan de acción con metas a corto y a largo plazo. Eso sí, debes sentir el deseo genuino de incorporar a tu vida esa serie de cambios. ¡Arriésgate a vivir como quieres, y aprende a sentirte a gusto contigo, con las personas que te rodean y con la vida que lleves!

¡Que tengas un Año Nuevo Feliz! Te Quiero mucho, Maytte.

domingo, 23 de diciembre de 2007

Paz y prosperidad

"Busca el verdadero espíritu de la Navidad y rescata su significado. Detén tu loca carrera sin sentido, cambia la forma de tu celebración"

'José, anoche tuve un sueño… y no lo pude comprender, realmente no, pero creo que se trataba del cumpleaños de nuestro hijo; ya recuerdo, creo que sí era acerca de eso. La gente estaba haciendo los preparativos con muchos días de anticipación. Pintaban sus casas, las decoraban con bellos adornos y luces.
Salían de compras muchas veces y adquirían costosos regalos. Los envolvían con hermosos papeles y los ataban con preciosos lazos, todo lo colocaban debajo de un árbol. Sí, un árbol, José, dentro de una casa.
Esta gente decoraba el árbol también. Sus ramas estaban llenas de esferas y adornos que brillaban. Había una figura en lo alto del árbol, me parecía ver una estrella o un ángel. ¡Oh! Era verdaderamente hermoso.
Toda la gente estaba corriendo como angustiadas y con caras muy serias, a pesar de que se escuchaba una música muy hermosa. La noche del cumpleaños de nuestro hijo, los niños estaban emocionados por los regalos; pero, curiosamente, después de abrirlos los abandonaban, José. Los adultos aparte, comían deliciosas viandas y tomaban mucho vino hasta caer. Pero al final de la fiesta nadie se veía feliz, ni los niños ni los adultos.
¿Sabes?, Tampoco vi ningún regalo para mi hijo, creo que ni siquiera lo tuvieron en cuenta, pues nunca mencionaron su nombre; ¿no te parece extraño que la gente se meta en tantos problemas para celebrar el cumpleaños de alguien que ni siquiera conocen? Tuve la extraña sensación de que si nuestro hijo hubiera estado en la celebración, hubiese sido un intruso solamente".
"María, no te preocupes -dijo José-, fue simplemente un mal
sueño, vuélvete a dormir".


Llegó la Navidad, el estrés, los gastos sin medida, las tiendas llenas, llega el trafico insoportable, pero también llega el tiempo de compartir con los amigos y la familia…
No te quejes ni te desesperes, busca el verdadero espíritu de la Navidad y rescata su significado. Detén tu loca carrera sin sentido, toma la decisión de cambiar la forma de tu celebración; libérate del estrés, la autoexigencia, la necesidad de complacer a los demás o de hacer cosas que no deseas y reemplázalos por la serenidad, la alegría, el disfrute, la confianza, la caridad y la fe que te da fortaleza e ilumina tus días. La Navidad es la época más especial del año, pues muchas personas alrededor del mundo se conectan como tú a los mejores y más positivos sentimientos, para llenarse de alegría, del deseo de compartir, del sentimiento de celebración, de familia, de amigos, de abundancia, de amor, de reflexión y de tradición....

Es un tiempo mágico en el que disponemos del permiso para expresar nuestros más nobles sentimientos por medio de regalos, detalles, palabras amables, sonrisas, encuentros agradables y divertidos, comida casera y deliciosa, abrazos, besos, felicitaciones y cumplidos...

Una época especial para lograr el acercamiento y el compartir con los amigos y la familia, de manera que podamos reforzar y nutrir el vínculo del amor y la amistad. También es tiempo para dejarse llevar por los sentimientos de solidaridad y de generosidad, dejando fluir libremente nuestro afecto, cariño y comprensión hacia una persona que nos necesite.

La Navidad es tiempo de celebración, regalos esenciales, niños, alegría y familia. También, es época propicia para el reencuentro con nosotros mismos, con la divinidad y con los demás.

Logremos que las frases que repetimos muchas veces como: "Feliz Navidad y próspero Año Nuevo", "Que seas muy feliz"… vayan acompañadas de nuestro mejores sentimientos y deseos. Recordemos que podemos ser un instrumento que suavice la vida o el momento de otra persona con nuestras palabras, gestos y detalles.

Deseo que los buenos sentimientos que estimula la Navidad se queden contigo y te acompañen a vivir mejor cada día a lo largo del nuevo año. Que este sea un tiempo para nuevos comienzos, para el fortalecimiento de tus relaciones a través del amor, para que tus sueños se cumplan y para que vuelvas al reencuentro contigo mismo y con la presencia de Dios.

Que esta Navidad sea el comienzo de una nueva y maravillosa etapa en tu vida. Sumérgete en el espíritu navideño y disfruta de todas las manifestaciones de su magia en tu vida. Vamos, pon en marcha tu imaginación y el deseo de llenar tu vida
y la de los tuyos con sentimientos y pensamientos alegres y positivos.

¡FELIZ NAVIDAD! Con amor, Maytte.

domingo, 16 de diciembre de 2007

LO QUE RECIBES AL DAR

Un hombre agobiado y desilusionado, pero muy sencillo y completamente analfabeta, tocó a las puertas de un monasterio, pues tenía el deseo genuino de sanar y de darle un sentido a su vida. Los monjes pensaron que era tan simple, que no tendría la capacidad de entender las escrituras, pero, como lo notaron tan interesado, le dijeron: El templo no tiene capacidad para más alumnos en el momento, pero, si quieres, por comida, barrer nuestro jardín, eres bienvenido. El hombre se dedicó a barrer minuciosamente el jardín todos los días, sin pedir, sin reclamar, sin cobrar. Con el tiempo, los monjes notaron que se veía tranquilo, gozoso y equilibrado. Emanaba tanta paz y luz, que reconocieron que había alcanzado la iluminación. Extrañados le preguntaron si había hecho algún tipo depráctica, rito u oración, que ellos desconocieran. Pero el hombre, humildemente, les dijo: "No, sólo me he dedicado a limpiar el jardín con amor, y al mismo tiempo que barría, pensaba en que lo hacía también en mi interior, y sacaba poco a poco, de mi corazón, el odio, el egoísmo y el resentimiento".

Muchas veces una sencilla acción hecha con conciencia y buena intención, sin pedir o esperar nada a cambio, nos beneficia más que cualquier otra práctica compleja para aumentar nuestro bienestar. Cuando sentimos compasión, cariño, solidaridad, culpa, obligación… cualquiera de estos sentimientos nos impulsa a compartir parte de nuestra energía, tiempo o dinero.

No tienes que realizar grandes acciones y sacrificios para compartir un poco de generosidad con otros. Una pequeña acción, positiva y concreta, dirigida a brindar nuestra ayuda y apoyo, puede ser suficiente para suavizar sus vidas e iluminar la nuestra.

En la medida en que logras alinear tus actos cotidianos con los valores esenciales, adquieres mayor fortaleza y mejoras tu relación con las personas que te rodean. Anímate a compartir un poco más cada día y te sentirás mucho más feliz y saludable. Hay pocas actitudes tan satisfactorias como la de celebrar el éxito, el logro y la felicidad de los demás. Algunos piensan que si los otros son felices, ellos tendrán menos felicidad para disfrutar.

Inclusive los pensamientos de egoísmo y avaricia nos hacen creer que deberíamos cerrar y blindar nuestro círculo de bienestar y prosperidad, para no correr el riesgo de que otros nos quiten lo que con tanto esfuerzo hemos atesorado.

Otros piensan que no disponen de nada para dar, pues sus recursos materiales son limitados. El dinero es lo más fácil de aportar, pero siempre podemos animarnos a brindar alegría, apoyo, cariño, experiencia y conocimiento, permitiéndonos realmente experimentar la sensación de lleno y plenitud que produce dar.

Se ha demostrado que aquellas personas que ayudan o le prestan algún tipo de servicio a otros que se encuentran en una condición o situación de mayor limitación, aumentan y fortalecen la confianza en sí mismos, la autoestima y el aprecio por la vida. A menudo nos ocurre que ayudamos a otros en aquellas áreas en las que estamos más carentes y necesitados. Deja de esperar y comienza a dar, para que sea la vida la que encuentre los instrumentos idóneos para devolvértelo en el momento justo. Siéntete dispuesto y disponible a brindar tu apoyo a través de una palabra, un gesto, un detalle o una acción generosa y desinteresada dirigida a suavizar la vida o el momento de otra persona.

Maneras sencillas de practicar el dar
Dile muchas veces a tus seres queridos que los quieres.
Ponte en el lugar de la otra persona para comprenderle.
Haz un trabajo voluntario y desinteresado.
Enseña a tus hijos, con el ejemplo, a compartir.
Practica el perdón desde el corazón.
Sostén la puerta para que otros pasen.
Quédate unos minutos más en la oficina para
ayudar a un compañero a terminar su trabajo.
Cede el puesto a una persona que lo necesite.
Ofrécete para cuidar o recoger a los hijos de un amigo.
Escucha con atención e interés cuando te hablen.
Sirve como un elemento de reconciliación.
Ayuda a una persona que va cargada con sus paquetes.
Comparte las buenas noticias.
Compra algo de comida para alguien que tenga hambre.
Comparte frases de reconocimiento con quienes prestan un servicio
o hacen un trabajo con excelencia.

domingo, 9 de diciembre de 2007

Reducir la velocidad

Muchas veces un comentario negativo, el tener que enfrentar una situación difícil de aceptar... suponen una sobrecarga complicada de manejar"

Cuando atravesamos por un período lleno de preocupaciones, tensiones, conflictos o temores, el agotamiento y la alteración nos impiden reconocer y disfrutar los aspectos positivos que también tiene nuestra vida; inclusive, hasta nos quitan la claridad mental que necesitamos para analizar objetivamente nuestra situación, de manera que podamos tomar la decisión más acertada para actuar de la mejor manera.

Muchas veces un comentario negativo, el tener que enfrentar una situación difícil de aceptar, o la presión que sufrimos por todas las responsabilidades y los compromisos que tenemos suponen una sobrecarga complicada de manejar. Por esta razón, es bueno intentar bajar la velocidad con la que llevamos nuestra vida, a tiempo de preguntarnos si podremos continuar con ese ritmo por mucho más tiempo.

Generalmente nos obligamos a continuar adelante con nuestra actividad, sin darnos el tiempo y el permiso necesarios para detenernos un poco, y recuperar el balance y la claridad mental que nos hace falta. Le exigimos a nuestro cuerpo la vitalidad que ya no puede darnos producto del estado de estrés en el que nos encontramos.

Reaccionamos agresivamente a los cambios y exigencias de nuestro entorno, el tráfico nos desespera, todo lo que suponemos que puede pasar en el futuro nos inquieta, la situación económica nos quita el sueño y hasta discutimos con las personas que más queremos. Cuando el estrés y la tensión sobrepasan el límite
de lo que podemos manejar, comenzamos a perder nuestro bienestar y la
capacidad de gerenciar nuestra vida.

Algunas emociones como la rabia, la frustración, el miedo, la tristeza o la envidia nos hacen perder la energía que necesita nuestro cuerpo para funcionar con la vitalidad y la claridad mental que necesitamos para ser objetivos al momento de actuar o de tomar una decisión. ¿Sabías que sólo unos pocos minutos de rabia pueden hacernos gastar más energía vital que un día de trabajo físico?

Salir huyendo de las situaciones difíciles como si así pudiéramos evitarlas, no nos librará de ellas. Por el contrario, nos obligará a repetirlas en otro momento, porque seguirá siendo un tema pendiente por resolver. ¡Vale la pena reunir el valor y las herramientas necesarias para afrontarlas y resolverlas!

Es importante mantener la calma, porque mientras más tiempo pases afectado emocionalmente, más difícil te será superarlo, desarrollar una actitud positiva, tener una visión optimista de la situación y evitar sentirte víctima de los demás o de la vida.
Recuerda que todos somos parcialmente responsables de las situaciones que vivimos.

Claves para recuperar el balance
Busca las causas del estrés. Revisa tu rutina diaria e identifica aquellas situaciones que te causan tensión como, por ejemplo, tratar de resolver algo que no depende de ti, tener más compromisos o responsabilidades de las que puedes manejar, la autoexigencia, el perfeccionismo, problemas de relación con otras personas…
Y pregúntate qué puedes hacer para resolverlas.

Tranquiliza tu mente. Evita darle vueltas en tu cabeza, una y otra vez, a aquella situación que te preocupa o que te afecta. Practica dejar de pensar por unos minutos concentrando tu atención en cada cosa que haces. Trae tu mente al momento presente cada vez que sea necesario.

Acepta lo que no puedes cambiar. Cuando te encuentres en situaciones difíciles o inevitables, es importante que asumas tu realidad sin fantasear o imaginar que será distinto. Esto te ayudará a enfrentar la situación con fortaleza y optimismo, confiando en tus capacidades y en la presencia de La Divinidad a tu lado para ayudarte a superarla con el tiempo.

Usa tu libre albeldrio. Cuando te encuentres involucrado en un comportamiento
que no te reporta ningún beneficio y que solamente te desgasta y consume energía, recuerda que puedes elegir dejar de hacerlo. Pregúntate: ¿Por qué estoy haciendo esto?, ¿A quién beneficio con esta actitud? Seguramente descubrirás que puedes cambiar de actitud y dejar de repetir ese hábito o esa actuación que te causa tanto daño.

¡Suelta el pasado, deja de preocuparte por el futuro, vive el presente, la vida es maravillosa, todo va a estar bien!

¡Hola! Maytte. Mis amigas dicen que soy una persona muy negativa porque me preocupo por todo. Vivo con mucho temor, no quiero salir, me preocupa mi economía, a pesar de que nunca he tenido algún problema de dinero. Quiero cambiar mi manera de pensar para dejar de preocuparme tanto y vivir más como ellas, sin pensar en el futuro. A F.

Muchas de las imágenes negativas que se crean en nuestra mente y que alimentan nuestros temores e inseguridades nos hacen perder la tranquilidad y hasta se convierten en la causa de nuestro fracaso en un momento dado. La mayoría de las veces lo que nos preocupa nunca sucede, pero si lo permitimos nos desgasta emocional y mentalmente, robándonos la posibilidad de ser felices. Podemos pasarnos el resto de la vida preocupados por lo que suponemos que sucederá, pero lejos de mejorar las cosas, acabaremos con la tranquilidad, la claridad mental y la eficiencia que necesitamos para afrontar y cumplir con nuestra actividad diaria, pues la preocupación nos paraliza. ¡No pienses tanto! Atrévete a enfrentar con valentía y determinación todo lo que te preocupa y minimiza tu temor. Pregúntate: ¿qué es lo peor que puede suceder? Imagínalo, asúmelo y resuélvelo mentalmente.

Luego concentra toda tu atención en cada cosa que haces o experimentas en el momento presente. No hay nada mejor para despejar la cabeza que hacer un poco de ejercicio al aire libre. Una buena caminata puede ser suficiente para desintoxicar la mente y renovar el espíritu.

¡Hola! Maytte. Te leo todos los domingos y ahora te veo el fin de semana en la TV. ¡Me encanta! Tengo un amigo que acaba de perder la última esperanza que tenía de recuperar a su ex pareja. Estuvieron cinco años casados, y ella tomó la decisión de terminar hace casi un año. Pero mi amigo seguía enamorado ycon la ilusión de que ella se arrepintiera y le diera otra oportunidad. Hace unos meses la vio con otra persona, estuvo muy mal, pero ahora dice que quiere superarlo para continuar con su vida. ¿Cómo podemos ayudarlo? C S.

Cuando terminamos con un ciclo en nuestra vida experimentamos la sensación de pérdida
del sentido y la dirección que teníamos. Es natural que se sienta desanimado y confundido. Podemos permanecer mucho tiempo inmersos en un sentimiento de pérdida, deprimiéndonos
y recordando todo lo que pasó, sintiéndonos víctimas y sufriendo por algo que no podemos cambiar, porque depende de la voluntad y los sentimientos de la otra persona. Sin
importar las palabras y el esfuerzo que otros hagan para sacarnos de ahí, sólo lo haremos cuando estemos listos para aceptar, soltar, pasar la página y volver a comenzar. Algunas sugerencias para tu amigo: Toma la responsabilidad de tu vida emocional y serénate. Recuerda que todo lo que termina o sale de nuestra vida aun en contra de nuestros deseos, representa una oportunidad para ganar libertad, madurez y sabiduría. Suelta el pasado y concéntrate
en el presente. Ponte metas y trabaja para conseguirlas. Acompáñate de personas positivas y entusiastas que te apoyen y animen a superarlo y a retomar tu vida.

¡Hola! Maytte. En realidad no sé si es un problema o más bien una reflexión lo que quiero compartir contigo. Mi esposa dice que no sé conservar amigos. Que sólo los busco cuando los necesito y que por eso estoy solo la mayor parte del tiempo. Yo nunca he sido de muchos amigos, pero mi esposa sí, y me preocupa alejarla de sus amistades por mi actitud. R T.

Para algunas personas la amistad es más bien una relación pasiva que se da y se mantiene como por arte de magia. Ellas piensan que son los demás los que deben acercarse o estar ahí en el momento en que los necesiten. Pero, ¿cómo puede una relación de amistad mantenerse en el tiempo, sin que exista el esfuerzo y el compromiso por parte de los dos?
Es importante pensar en la amistad como en una calle de doble vía, de manera que siempre estemos dispuestos a compartir, a considerar, a comprender y a tener presente a los amigos. Sal de la pasividad donde te encuentras, vence cualquier temor o inseguridad que te impida acercarte y compartir con los demás, y conviértete en una persona animada, con la iniciativa
de pasar un buen momento con tus amigos. La amistad es una de las relaciones con más significado en nuestra vida, y ahora que somos adultos, los amigos especiales se convierten
en la extensión de nuestra familia y en tíos de nuestros hijos.

domingo, 2 de diciembre de 2007

Convencer a otros

'Un gerente tuvo una discusión muy fuerte con el dueño de la compañía, pues fue responsabilizado injustamente de no haber logrado las metas esperadas debido a problemas ajenos a la empresa. Éste llegó a su casa de mal humor y gritó a su esposa porque no estaba lista la cena, ella quiso justificarse, pues se había dañado la cocina, pero él ni siquiera la escuchó. La señora fue a la cocina y gritó a la empleada porque la comida que estaba preparando no era su preferida, a pesar de que horas antes ella misma había elegido el menú. La empleada, que era una persona amorosa y comprensiva, no le reclamó su maltrato, sólo le sonrió mientras le decía: 'Señora, le prometo que mañana le haré su comida favorita y estará una hora antes de lo acostumbrado. Ahora discúlpeme, pero me gustaría cambiar las sábanas de su cama por unas más limpias y frescas, para que usted y su esposo puedan descansar en paz. No se preocupe, mañana se sentirá mejor. En ese momento se interrumpió el círculo de la intransigencia, al chocar contra la tolerancia, la comprensión, la inteligencia y el amor".

Hace poco, en una reunión se inició una discusión entre dos amigos. Cada uno le daba razones y explicaciones al otro para mostrarle que estaba equivocado. Cuando el tono de la discusión se elevó y comenzaron a gritarse, alguien trató de intervenir para calmarlos, pero lo callaron diciéndole que no se metiera. Al final, los dos quedaron enemistados y molestos y los demás quedamos con una sensación incómoda por lo sucedido.

Esto me hizo pensar en que a veces caemos en la trampa de querer demostrar que los otros están equivocados y que somos nosotros los que tenemos la razón. Nos sentimos tentados a apoderarnos de ella sin pensar en el costo que tendremos que pagar desde el punto de vista de la amistad, el dinero, el tiempo, la dignidad o la paz mental. El ego agrandado siempre quiere estar en lo cierto y se aferra a las ideas, opiniones y creencias por equivocadas que pudieran ser. El juego consiste en ser siempre dueños de la verdad, y en pensar y hacer notar que los demás están equivocados, sin considerar que de la misma manera en que no queremos estar de acuerdo con algunas personas, no todo el mundo debe estar de acuerdo con nosotros.

Hay muchas personas agresivas que están predispuestas a discutir, gritar y agredir a otras porque se creen dueños de la verdad. Toda su energía está concentrada en debatir y en tratar a toda costa de desacreditar las ideas y el planteamiento de los demás.

No vale la pena, de ninguna manera, vernos involucrados en una discusión que de seguro no nos llevará a ninguna parte; en la que no tenemos la posibilidad de convencer a nadie, por más importantes que sean los hechos y lo bien que expongamos nuestros argumentos. Además, poniendo en riesgo nuestra tranquilidad, seguridad, tiempo y energía.

Oponerte a ellas les dará más fuerza y agresividad. Nunca entenderán razones, y pondrán más resistencia cuando trates de influir con buenos argumentos en su forma de pensar y de actuar. Si tienes que dejar algo en claro, hazlo y déjalo así; evita insistir en una discusión estéril que, en lugar de llevarlos a establecer algún tipo de acuerdo o de solución, se convierta en una pelea entre las partes. Es más inteligente que aprendan por sí solos; la mejor manera de convencer a un cabeza dura de que está equivocado es dejar que se salga con la suya y se estrelle con sus consecuencias.

Siempre que te encuentres metido en una discusión, trata de salir lo más rápidamente de ella. Puede que sientas la tentación de seguir adelante, creyendo que hay posibilidad de convencer al otro. ¡No caigas en la trampa!

Dejar que alguien te moleste es permitir que te controle y que tenga poder sobre ti. Mantenerte sereno siempre te permitirá actuar de la mejor manera.

Muchas veces compartir la razón nos da la posibilidad de mantener una buena relación y de disfrutar de un mayor bienestar.

¡Suelta el pasado, deja de preocuparte por el futuro, vive el presente, la vida es maravillosa, todo va a estar bien!


La revista Estampas y El Sambil te invitan al taller de Maytte Cinco pasos para hacer realidad tus sueños, que se realizará el sábado 15 de diciembre, a las 6:30 pm, en el anfiteatro del mencionado centro comercial. La entrada es libre. Para mayor información llamar al teléfono (0212) 614.0500

Preguntas y respuestas

¡Hola!, Maytte. Hace poco fui despedida de mi trabajo, y estoy muy preocupada, a pesar de que todavía vivo con mis padres y no tengo mayores compromisos y obligaciones. Usted dice que en toda situación difícil siempre hay algo bueno. Disculpe, pero yo trato de verlo en mi situación y no lo encuentro. ¿Qué puedo hacer para sentirme mejor y para volver a tener trabajo?

En toda situación difícil y aparentemente negativa siempre se esconde algo positivo que debemos reconocer y resaltar para que nos sea más fácil superarla. Estoy segura de que al perder tu empleo te sientes muy desanimada, pero aunque no lo creas, puede ser una gran oportunidad para cambiar de trabajo y de vida. En lugar de sufrir la situación, puedes convertirla en una experiencia gratificante, porque eres joven y no tienes grandes responsabilidades económicas. ¿Qué te parece terminar la universidad o hacer un postgrado? También puedes iniciar tu propio negocio o irte a otro lugar y empezar una nueva vida. Eso sí, con mucha madurez y responsabilidad para que verdaderamente se convierta en una experiencia positiva que te permita crecer y sentirte mejor preparada para afrontar tu vida. Deja de lamentarte, lávate la cara y limpia el cristal a través del cual estás interpretando esta situación, para que tengas una mejor perspectiva. Estoy segura de que tú puedes salir adelante, renovando la actitud, recuperando el entusiasmo y buscando los recursos y la información necesaria para conseguir un nuevo trabajo. Debemos aprender a estar abiertos para reconocer las oportunidades y los regalos escondidos dentro de las situaciones difíciles. Lo más importante es la actitud positiva con que las recibamos.

Querida Maytte, contigo entendí la importancia que tiene perdonar, pero, a pesar de que lo he intentado varias veces, todavía no logro salir de la rabia que siento por mi ex esposo. Nos separamos hace un año y cinco meses y todavía me siento afectada por lo que me hizo. ¿Me puedes dar un ejercicio que me ayude a perdonar y salir de ese recuerdo tan difícil?

Existen varios ejercicios para perdonar, pero el elemento indispensable para que funcionen es tu voluntad de hacerlo. Mientras conservamos el deseo secreto de que la situación se solucione o la persona cambie y reconozca su error, nos será mucho más difícil soltar y pasar la página. Toma el tiempo necesario para reflexionar acerca de lo sucedido y pregúntate: ¿qué puedes aprender de todo eso? Ambos hicieron o dejaron de hacer cosas para que la relación tuviera ese final. Estar dispuestos a asumir nuestra responsabilidad hará que podamos soltarnos más fácilmente de la afectación que todavía nos produce la otra persona. Recuerda que sólo podrás soltar los nudos que te mantienen atado a esa situación del pasado si estás dispuesta a hacerlo desde tu corazón. Acá te recomiendo un ejercicio:
Encuentra un momento y un lugar tranquilo donde puedas desconectarte de tus tareas pendientes por unos minutos. Cierra los ojos y concéntrate en el sonido de tu respiración… Cuando te sientas tranquila, ayudada por tu imaginación, visualiza un globo con el rostro de una persona querida dentro de él. Conéctate a todos los sentimientos positivos que te genera su presencia y llénate de amor.
Luego cambia la imagen del rostro de tu ser querido por el de la persona que deseas perdonar y continúa experimentando los mismos sentimientos. Háblale mentalmente y dile todo lo que piensas y lo que sientes, imagina que te escucha… toma una respiración profunda y perdónala. Imagina que la persona sonríe y que acepta tus pensamientos. Observa cómo el globo con su rostro adentro se eleva hasta perderse en el cielo. Mantén los mismos sentimientos positivos dentro de ti. Sin abrir los ojos, recuerda mentalmente donde te encuentras, siente tu cuerpo y dale gracias a La Divinidad. Cuando te sientas lista y tranquila, abre los ojos suavemente. Recuerda practicarlo durante 15 días consecutivos, junto a tu decisión de pasar la página, para comenzar una nueva etapa en tu vida.
¡Mucha Suerte!